martes, 27 de octubre de 2009

Perder el tiempo

Para los que vivimos en la Ciudad de México el tránsito se ha vuelto una situación de miedo. A veces parece increíble, aunque es verdad, que en muchas ocasiones se triplique el tiempo necesario para llegar de un punto a otro. Esto no sólo es molesto por el hecho de que pasamos muchas horas en el carro, sino que acarrea problemas de salud, y no tengo que ser doctor para darme cuenta de que el estrés, el dolor de espalda y la agresividad son algunas de las condiciones que genera este fenómeno y que son nocivas.

Así, mientras nuestros diputados locales se pelean por ver cómo le hacen para que los antros, bares y discotecas funcionen todo el día (obviamente para recibir algún beneficio personal de ello, entiéndase mucho dinero), los automovilistas nos preguntamos: ¿en qué momento buscarán una solución real para el tráfico? Esto sí es una cuestión importante que, con acciones muy sencillas, podría mejorar notablemente:

1. Prohibir la circulación de transporte de carga desde las 6 de la mañana y hasta las 10 de la noche. Esto le daría a los camiones repartidores de cualquier producto (materiales de construcción, abarrotes, refrescos e incluso el servicio de limpia) una ventana de 8 horas para realizar sus actividades, sólo se tendría que avisar a las empresas que utilicen este medio, así como a los clientes de las mismas, con unos meses de anticipación para que adopten medidas en cuanto a horarios de trabajo y repartición.

2. Aumentar año con año el número de días "hoy no circula" para los autos cuyo modelo tenga más de 5 años de antigüedad. Esto no sólo contribuiría a la reducción de emisiones contaminantes, sino que bajaría el número de autos que circulen.

3. Reducir el número de camiones y microbuses, que además de ser uno de los peores males, suelen dar una pésima imagen a la ciudad, pues en su mayoría están chocados, despintados y en pésimo estado. Esto se podría lograr a través de la privatización del sistema. Se deben aplicar multas considerables ($1,000 y corralón durante dos días) a aquellos choferes y dueños que hagan paradas en donde no está permitido o que violen cualquier regla de tránsito marcada en el reglamento.

4. Reubicar las terminales de autobuses turísticos cerca de las salidas a las carreteras.

5. Reubicar puestos, tianguis, talleres y todo aquel comercio informal que estorbe en la calle, así como cobrar multas a cualquiera de los mismos si ponen anuncios o cualquier objeto que impida la circulación, lo cual además de permitir el libre tránsito ayudaría a rescatar el paisaje urbano.

6. Empezar a cobrar multas y elevar el costo de las mismas a todo aquel automovilista que infrinja el reglamento en acciones básicas como pasarse un alto, circular en sentido contrario y estacionarse en donde no es debido. Esto no sólo ayudaría a que la circulación sea efectiva, sino a recaudar dinero que puede utilizarse en obras públicas.

7. Reconstruir las salidas y entradas (que no estén muy pegadas y que sean de un sólo carril) de las vías que cuenten con carriles laterales.

8. Poner en marcha una campaña de educación vial entre la población que abarque temas como el "uno a uno" en cuellos de botella, uso de direccionales y posicionamiento en los carriles de acuerdo a la velocidad a la que se conduzca.

Estos son ocho puntos muy simples que no requieren de gran inversión como los grandes puentes o distribuidores y que sin duda cualquier persona que cuente con un poco de sentido común sabrá que serían de gran ayuda. ¡Atención funcionarios de vialidad y transporte!

Gracias a Sergio, Editor de 25 años, por su aportación.

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