Ayer, cuando salí de trabajar, me subí al coche y sintonicé las noticias. Eran las 6:02 cuando inició el resumen y decía más o menos así:
- Asesinaron a dos policías en Michoacán.
- Cuatro individuos torturaron a los cinco jóvenes que robaron una casa.
- En Baja California atentaron contra el General Aguilar Soriano.
- Se realizó un operativo en la Colonia Guerrero con el fin de detener a una supuesta red de explotación infantil.
Para no hacer el cuento largo, la lista continuó por unos 3 minutos y las notas parecían ser cada vez peores. Esto, he de ser sincera, no me causó sorpresa incluso creo que hice comentarios como: “típico”, “que raro”, entre otros tantos.
Rescato lo anterior porque me di cuenta de algo que hasta hoy en la mañana no había pensado; ¿dónde quedó nuestra capacidad de asombro? Hace algunos años nos sorprendíamos ante este tipo de hechos. Hoy las cosas han cambiado y aunque puede ser que sigamos sintiendo impotencia, ya no es algo nuevo.
Tomamos las notas, reportajes y artículos como algo que pasa, que está aquí y que es normal. No seamos parte de esto, opongámonos a crímenes tan deplorables como la pederastia, el secuestro y el homicidio. Si seguimos en la burbuja de “eso no me va a pasar” o “le pasó a otro, a mí no” generará que vayamos de mal en peor.
Denunciemos y dejemos en claro que no permitiremos que esto continúe. Basta de vivir en un país donde la cotidianeidad está conformada por violencia, corrupción e inseguridad.
Gracias a Karla, Comunicóloga de 24 años por su aportación.
Hemos aprendido a lidiar con la muerte todos los días y eso es inaceptable!!
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